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Bosques de Palermo

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La historia de los Bosques de Palermo se remonta a finales del siglo XIX. Fue inaugurado el 11 de noviembre de 1875, cuando el entonces presidente de Argentina, Domingo Faustino Sarmiento, encargó al arquitecto paisajista francés Carlos Thays la creación de un gran parque público en la Ciudad de Buenos Aires.

Thays diseñó un extenso parque de más de 400 hectáreas bajo el nombre de Parque Tres de Febrero, en conmemoración del día en que se firmó la ley que estableció la creación del parque. La denominación de este gran parque se debe a la fecha de la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, en la que el ejército de la Confederación Argentina, al mando de Juan Manuel de Rosas, gobernador de la provincia de Buenos Aires, fue derrotado por Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos, quien se había sublevado contra Rosas el 1 de mayo de 1851.

Fue un proyecto original a cargo de los arquitectos Ernesto Oldendorf, Fernando Mauduit y Jordan Wysocky, que terminó finalizando el arquitecto Jules Dormal (uno de los constructores del Teatro Colón y del Congreso Nacional).

El origen del nombre "Palermo” se debe a que, en 1580, Juan de Garay, fundador de Buenos Aires, repartió las tierras en las afueras del pueblo original para instalar chacras. El primer poblador de los terrenos que hoy forman parte del parque fue el capitán Doménico, que había castellanizado su nombre italiano como Domingo y luego como Domínguez, agregándole el gentilicio de su ciudad de origen, Palermo, por lo que pasó a llamarse Juan Domínguez Palermo, y a la parcela que ocupaban sus tierras se la conocía por "Palermo".

En sus primeros años, el parque fue utilizado principalmente como lugar de descanso y recreación para las clases adineradas de Buenos Aires, que disfrutaban de sus amplias áreas verdes, lagos y jardines. En la actualidad, los Bosques de Palermo son uno de los principales espacios verdes y de esparcimiento para los habitantes de la capital.

Representan el pulmón verde más grande de la ciudad. A lo largo de sus 370 hectáreas de extensión, diferentes especies de flora forman pequeños bosques y paseos, ideales para disfrutar del deporte y de la vida al aire libre.

Lagos artificiales, jardines coloridos, una gran cantidad de plantas y monumentos son parte del contenido de los Bosques. Con cerca de 1.000 árboles, dos lagos artificiales y un jardín de rosas, es uno de los mejores lugares para la observación de aves en Buenos Aires, con gavilanes, búhos, garzas, loros, pájaros carpinteros y gorriones. Además de ocas y patos. Es la zona preferida por los porteños a la hora de tomar el sol, hacer ejercicio o simplemente pasear los fines de semana.

En primavera, los jacarandás cubren el parque con sus flores color lavanda, y los eucaliptos perfuman el ambiente con su aroma. El ceibo aporta las tonalidades rojizas de su flor, pero la verdadera variedad de colores se encuentra en el Rosedal.

El Rosedal

Entre las principales atracciones del parque se halla el Rosedal, un jardín de rosas con aproximadamente 18.000 plantas de distintas variedades. Un increíble jardín con más de 90 especies diferentes de rosas y 12 mil rosales. Es una de las áreas más visitadas del Parque Tres de Febrero y su diseño fue premiado en el año 2012 con el Garden Excellence Award, otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS). Las especies más comunes son la rosa sevillana, de color rojo brillante, la Johan Strauss, la Charles Aznavour y la Frederic Mistral (las tres de tonalidades rosadas) y la Elina, de color amarillo claro.

Su famoso Puente Blanco o Puente Griego es uno de los puntos más fotografiados. Desde allí se divisan las aves que habitualmente habitan el lago, así como los turistas que surcan las aguas en diferentes embarcaciones.

A pocos metros, se pueden apreciar diferentes grupos escultóricos con estatuas representando a grandes poetas, escritores y personajes históricos como Alfonsina Storni, Dante Alighieri, William Shakespeare, Antonio Machado o George Washington entre otros. 

Todos los 21 de septiembre, cuando comienza la primavera en la Ciudad, miles de estudiantes llegan a los Bosques de Palermo para celebrar el comienzo de la estación y el Día del Estudiante.

Se calcula que los bosques cuentan con más de una decena de miles de árboles, muchos de los cuales son tipas, eucaliptos, talas y ombúes.

El Patio Andaluz

El Patio o Jardín Andaluz es, sin duda, otro de los sitios más hermosos y fotogénicos de los Bosques de Palermo.

Se trata de una maravillosa réplica de los patios típicos de la Comunidad Autónoma de Andalucía que fue donado por el Ayuntamiento de Sevilla a Buenos Aires. Todos los materiales y elementos decorativos que luce provienen del Barrio de Triana de esa bella ciudad y fueron traídos en barco desde allí.

El Patio Andaluz se inauguró en 1929 y desde entonces permite a quien lo contempla trasladarse a esos tradicionales lugares del sur de España. Está compuesto por una glorieta, una fuente en el centro, una rica decoración con mosaicos pintados a mano y a su alrededor hay gran número de árboles cítricos.

Planetario Galileo Galilei

Situado en el corazón del Parque 3 de Febrero, el Planetario Galileo Galilei fue inaugurado en 1962. El arquitecto fue Enrique Jan y el curioso edificio está inspirado en el planeta Saturno y sus anillos. La construcción tiene cinco pisos con escaleras panorámicas y una sala circular de 20 metros de diámetro con capacidad para 360 personas desde la que se puede observar una enorme cantidad de estrellas fijas y constelaciones. Cada una de sus salas cuenta con actividades interactivas para conocer más acerca del espacio.

La cúpula del Planetario es semiesférica y recubierta en su interior con placas de aluminio. En el centro de la sala está el equipo de proyectores con el que por medio de imágenes y sonidos se recrea el sistema solar. Junto al edificio se encuentra un bonito parque con un lago, el Lago del Planetario. Ambos se sitúan juntos dentro de la plaza Benjamín Gould y son dos visitas imprescindibles dentro del circuito de los Bosques de Palermo.

Otra de sus particularidades es que fue el primer planetario de América Latina en incluir funciones para que las personas no videntes también puedan ser partícipes del lugar. Mapas celestiales táctiles, gráficos en relieve y efectos sonoros son algunas de las herramientas utilizables.

Tras un prolífico entretenimiento en plena naturaleza, y como una opción más, no desmerece la oferta gastronómica y de ocio nocturno en la zona de acceso al Parque. Disponiendo de un variado tipo de restaurantes, bares y locales donde comer después de un largo paseo y disfrutar la noche palermitana.

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