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San Telmo

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San Telmo es un baluarte de nuestra historia, no sólo porque en él vivieron próceres, poetas y escritores destacados, como French y Beruti, Esteban de Luca, Esteban Echeverría, Almirante Brown, etc. sino porque se trabajó arduamente en los momentos decisivos de la patria, como por ejemplo las luchas difíciles y precarias que se entablaron ante las invasiones inglesas.

Es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la ciudad, llamado originariamente Altos de San Pedro, y luego San Pedro Telmo, que cuenta con la particularidad de tener una conservación histórica bastante importante y una gran vinculación al tango. Este barrio, que fue uno de los más afectados por la fiebre amarilla de 1870, tuvo un éxodo de población y deterioro que detuvo su crecimiento, por lo que no se añadieron muchos edificios nuevos en reemplazo de los antiguos, como pasó en la mayor parte de la ciudad.

Su origen se remonta al siglo XVII, cuando primero fue el hogar de trabajadores portuarios y ladrilleros, y más tarde se convirtió en una zona industrial. San Telmo es el santo patrón de la gente de mar y, por supuesto, es el homónimo del barrio hoy. El barrio comenzó a atraer el buen hacer luego del establecimiento de gasoductos, alumbrado público, alcantarillado, agua corriente y adoquines, lo que propició la construcción de muchas e imponentes casas. Esto terminó rápidamente después de que una epidemia de cólera en 1871 que cobró más de 10.000 vidas y provocó que muchas personas que vivían en San Telmo huyeran del lugar y se dirigieran al noroeste hacia el Barrio Norte. La epidemia de la fiebre amarilla asoló la zona y tras la huida de las familias acomodadas, los inmigrantes europeos aprovecharon las edificaciones coloniales agolpándose en los llamados "conventillos", en los que las familias malvivían hacinadas en pequeños cuartos. Debido a ello, el barrio se volvió intensamente multicultural. A mediados del siglo XX, San Telmo comenzó a atraer artistas, adquirió un ambiente bohemio y estableció esa demarcación como un punto de encuentro para el tango. Además desarrolló como en ningún otro lugar de la ciudad el "lunfardo" una jerga originada y desarrollada en la ciudad de Buenos Aires.

En los últimos años se produjo una gran revalorización del barrio, que trajo nuevamente crecimiento e inversiones, pero dentro de un marco de conservación del patrimonio histórico, lo que llevó a muchas tareas de reciclaje.

Sobresale la calle Defensa, considerada la más vieja de Buenos Aires, repleta de anticuarios y bulliciosos asadores. En esta calle se encuentra la Plaza Dorrego, declarada Monumento Histórico Nacional, en la que los fines de semana se hacen espectáculos de tango, mimos y payadores. Es una de las plazas más antiguas de Buenos Aires después de la Plaza de Mayo y es todo un lugar histórico, ya que allí mismo, se anunció en 1816 al pueblo de Buenos Aires la Independencia, que se había declarado meses antes en la ciudad de Tucumán.

En esta parte del barrio se radica la Iglesia de San Pedro Telmo de 1734. Se destacan el Museo de Arte Moderno, un enorme edificio de ladrillos que antes pertenecía a una fábrica tabacalera, el Mercado San Telmo en Carlos Calvo y Bolívar, con una arquitectura intacta de más de 100 años, el Viejo Almacén, lugar tanguero por excelencia, además de otros tantos cafés y pubs que se encuentran en las cercanías de la plaza. En un extremo del barrio está el Parque Lezama, erigido en un desnivel en la vieja barranca del río, considerado como uno de los supuestos emplazamientos de la primera fundación, contiene en su interior el Museo de Historia Nacional, gratuito, en la vieja residencia de la familia Lezama, un mirador, un anfiteatro y monumentos como el de la Confraternidad Internacional donado por la ciudad de Montevideo, y el de Pedro de Mendoza.

Mercado de San Telmo

Fue inaugurado en febrero de 1897 con el objetivo de abastecer con los víveres necesarios a la nueva ola de inmigrantes que llegaba a la ciudad desde el Viejo Continente. Aunque conserva antiguos comercios de venta de verduras y carnes, en la actualidad es un lugar turístico y abundan los anticuarios. Se trata de una gran estructura con techo de vigas de hierro con planchas de chapa y piezas de vidrio. La fachada es de estilo italianizante, con arcos de medio punto y orden toscano que alojan locales con acceso particular directo desde la vereda, en su mayoría bares. Los antiguos puestos "del barrio" que se conservan de varias décadas conviven con los anticuarios, más recientes y relacionados como el boom turístico de San Telmo.

El Paseo de la Historieta

El Paseo cuenta con más de 20 personajes de la historieta argentina y 7 murales en los barrios de San Telmo y Montserrat. Se completa con murales creados por grandes artistas locales para rendir homenaje a los estimados personajes del comic argentino. La idea comenzó con una escultura de Mafalda y, luego del éxito obtenido (miles de visitantes se sacan fotos junto al personaje en cuestión), en junio del 2012 fue aprobado el proyecto en la Legislatura porteña para agregar nueve esculturas más al flamante paseo de las viñetas: Isidoro Cañones, Largirucho, Matías, el Loco Chávez, Clemente, Chicas Divito, don Fulgencio, Patoruzú y Gaturro. La iniciativa tiene la intención de rendirle homenaje a los maestros del humor y a sus entrañables creaciones y nos invita a unir diferentes generaciones a través de aquellos personajes de historieta que marcaron momentos y épocas de Buenos Aires y de la Argentina.

Como Mafalda, que nació en 1964 de la mano de Quino. A esa nena con inquietudes, preocupada por la paz mundial, que se rebela contra el mundo de los adultos, se la puede encontrar sentada en un banco de plaza en Defensa y Chile, donde grandes y chicos posan para sacarse fotos y comienzan el recorrido.

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